miércoles, 18 de enero de 2012

Capitulo 4.

El verano llego a su fin, empezaba el curso, volvíamos a la rutina. Cada vez hablaban menos, tenían menos tiempo el uno para el otro, se empezaban a distanciar.
Quedaba solo un mes para navidad, Ana le echaba de menos, entonces decidió proponerle a Raúl ir a la concentración de judokas que hay cada navidad.
Cuanto menos quedaba para la concentración más nerviosa estaba Ana, iba a pasar toda una semana con Raúl, tenía tantas ganas…
Solo quedaba una semana y Ana ya había empezado a hacer la maleta, estaba nerviosísima.
Llego el día de marchar, Ana fue de  las primeras en llegar, quería coger un buen sitio, se iba a sentar con Raúl. Cuando él llego se monto en el bus y empezó a buscarla, fue hasta el sitio donde estaba ella y la abrazo. Fueron todo el camino hablando, contándose cosas, abrazados y dados de la mano. Fue una semana corta pero intensa. Pasaron todo el tiempo posible juntos, incluso alguna noche Raúl se escapaba de su habitación para ir a dormir con ella, no dormía sola, compartía habitación con otra chica por eso Raúl llevaba a un amigo siempre. Una de las primeras noches Raúl y Ana se besaron por primera vez.
La semana se acababa y ninguno de los dos se quería ir, tenían miedo de distanciarse habían estado tan bien durante toda la semana. Llego el día de marchar, Ana estaba muy triste, no quería separarse se Raúl pero no les quedaba otra opción.
Fueron pasando los días, cada vez se echaban más de menos, todos los días hablaban por teléfono horas y horas, se mandaban mensajes cada 5 minutos, necesitaban volver a verse y volver a estar juntos.
El año termino, el 2010 empezaba y Ana no paraba de pensar en Raúl era consciente de que probablemente lo que estaba a punto de hacer era una locura, que Raúl vivía en León y ella en Valladolid, que casi no se iban a ver, pero un día después de mucho pensarlo decidió mandarle un mensaje que decía así:
“Te quiero tanto… lo eres todo! Te necesito! Aunque digas que yo no quiero estar contigo… si quiero! Quiero estar contigo, que cuando me pregunten pueda decir “Si, es mi novio” y no como hasta ahora “no… ojala… más nos gustaría” No! Se acabo! Porque aunque sé que la distancia ahí esta me da igual porque el amor puede con todo! Y yo te amo demasiado! Porque desde el primer día que hable contigo me enamore de ti… todavía me acuerdo de la primera vez que me llamaste… y de todas las bobadas que hemos hecho por teléfono a lo largo de este año… Pero sobre todo me acuerdo del primer beso que me diste… los dos en mi cama… con la luz apagada, tocándonos tímidamente… juntos muy juntos… nuestros labios se encontraron en la oscuridad (L) y en ese momento supe que todo lo demás ya no me importaba… solo tú y yo, los dos, solos, por fin, llevaba tanto tiempo esperándolo que  me daba igual lo que pasara después o lo que la gente pudiera decir, me daba igual porque te quiero! Cuando estoy contigo soy la persona más feliz del mundo, porque sabes hacerme reír a carcajadas, porque te puedo besar y abrazar, pero sobre todo porque estoy contigo… Puff es que todo lo que siento no se puede explicar, es único! Ahora sé lo que se siente cuando te enamoras! TE QUIERO MUCHISIMO! TODO J 20.7.2009 TE AMO!”
Ana se lo envió, se empezaba a poner nerviosa, tardaba mucho en contestar.
Al cabo de 20 minutos más o menos llego un mensaje, si, era de Raúl y decía:
“:_( te quiero! Yo también quiero decir que eres mi novia! Y sabes que siempre estarás conmigo aunque en muchos momentos sea en la distancia. Necesito volver a besarte y abrazarte! Porque cuando estoy contigo todo lo demás no tiene importancia, solo me importas tú! QUIERO ESTAR CONTIGO YA! No me lo quiero pensar más, ya sé que te quiero más que a nada! No necesito nada más para saber que quiero estar contigo! TE QUIERO! Quieres estar conmigo pequeña? (L)”
Ana obviamente le contesto que si que quería estar con él, a partir de ese 13 de enero empezaron a salir, estaban muy felices era lo que llevaban esperando casi un año y por fin lo habían conseguido. Se querías tantísimo que sabían que la distancia no iba a poder separarles, sabían que iba a ser duro y que en muchos momentos lo iban a pasar mal, pero el sacrificio merecía la pena.
El tiempo iba pasando y cada día se querían más y más, a pesas de no verse y estar separados en tantos kilómetros, lo que sentía el uno por el otro era único, era algo que no se puede explicar, algo que poca gente entendía.