Raúl llega al polideportivo, es pronto, aun casi no ha llegado nadie, se sienta y espera a que valla llegando la gente. A las 9:45 a.m abren el pesaje, Raúl entra con los de su club, se pesa, se pone el kimono y empieza a calentar.
Ana ya va tarde como siempre, la competición empieza a las 11:00 a.m y son menos cuarto, su padre ya la está metiendo prisa, ella se bebe la leche de un sorbo y coge un bollo para el camino. Cuando Ana quiere llegar la competición a empezado, los árbitros están en sus respectivos sitios, los competidores sobre los tapices y los marcadores funcionando. Ella entra, mira los tapices, nadie conocido, mira la zona de calentamiento pero tampoco a hay nadie conocido, mira hacia las gradas y allí ve a unas amigas que también hacen judo, Ana se dirige hacia ellas, las saluda y se sienta, están hablando de un chico que les parece muy guapo que está en la competición, Ana les pregunta de quién hablan, ellas la cuentan que se llama Raúl, Ana no le conoce, no tiene ni idea de quién es, entonces justo en ese momento pasa por allí al lado y las chicas la señalan quien es, Ana le mira pero por más que lo mira no la suena, a ella no la parece tan guapo como sus amigas dicen, es un chico normalito, alto y con buen cuerpo como casi todos los judocas.
Cuando llego Ana a casa cogió el ordenador se metió al Tuenti y busco a Raúl, por simple curiosidad, le agrego y él a los pocos días la acepto, ella empezó a mirar sus fotos, igual era más guapo de lo que la pareció el día de la competición, vio que tenía 15 años, que el mes que viene cumple los 16, también se fijo que vivía en León, Ana dio al inicio vio que no tenía nada nuevo y apago el ordenador.
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