- 85 amaneceres.
- Perdona, ¿qué has dicho?
- Es lo que le he pedido al diente de león.
- ¿Por qué 85? ¿ni uno más, ni uno menos?
- Exacto, ni uno más, ni uno menos.
- Pero, ¿Por qué?
- Porque quiero que este sea el primero, contigo. Porque me siento libre viendo como tus ojos se adaptan al amarillo del ambiente, y porque me gusta el paisaje.
- Sí, he de reconocer que es bonito. Me encanta ver como el sol sale, y se pone en lo más alto.
- No me refería al amanecer, me refería a tu cuerpo.
- Perdona, ¿qué has dicho?
- Es lo que le he pedido al diente de león.
- ¿Por qué 85? ¿ni uno más, ni uno menos?
- Exacto, ni uno más, ni uno menos.
- Pero, ¿Por qué?
- Porque quiero que este sea el primero, contigo. Porque me siento libre viendo como tus ojos se adaptan al amarillo del ambiente, y porque me gusta el paisaje.
- Sí, he de reconocer que es bonito. Me encanta ver como el sol sale, y se pone en lo más alto.
- No me refería al amanecer, me refería a tu cuerpo.
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